Wednesday, July 15, 2009

El bloqueo estadounidense se ensaña con los hospitales

 El bloqueo estadounidense se ensaña con los hospitales cubanos

























Centros infantiles tienen prohibido el acceso a medicamentos y tecnología

El bloqueo estadounidense se ensaña con los hospitales cubanos


José A. de la Osa








El Cardiocentro Pediátrico
William Soler de Altahabana, inaugurado por Fidel Castro hace 21 años con el
objetivo fundamental de ofrecer atención a niños y niñas con malformaciones
congénitas del corazón, en un nuevo gesto de evidente inhumanidad ha sido
incluido por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en una extraña
categoría: la de Hospital Denegado.



Los primeros síntomas de
esa medida, que obstaculiza aún más la adquisición de medicamentos y
dispositivos para tratamientos de enfermedades cardíacas ––que en ocasiones
solo son fabricados por empresas o filiales norteamericanas––, es la reciente
prohibición de que las compañías AGA y Numed vendan al Cardiocentro
dispositivos y catéteres que son utilizados por los especialistas para la
realización de la técnica conocida como Cateterismo Intervencionista.



Ese avanzado proceder
mínimamente invasivo se practica con muy buenos resultados en el Cardiocentro,
para el cierre de defectos de comunicación entre cavidades del corazón, la
dilatación de válvulas cardíacas estrechas, entre otros, que evitan tener que
llevar al paciente al salón de operaciones para practicarle una intervención
quirúrgica a "corazón abierto".



Desde el pasado año, según
fuentes consultadas del Ministerio de Salud Pública, el Departamento de
Comercio de Estados Unidos comenzó a alistar los más importantes hospitales del
sistema nacional de salud cubano como Hospitales Denegados, en un nuevo y
criminal intento por estrangular el desarrollo de la atención médica en nuestro
país.



Este no es un problema
político, valoró el cirujano cardiovascular Doctor en Ciencias Médicas Eugenio
Selman-Housein Sosa, director del Cardiocentro William Soler, sino ético,
humano y moral, que en su opinión denigra al gobierno norteamericano.



El especialista indicó que
desde finales del pasado año se vienen produciendo, dentro de los mecanismos de
licencia establecidos por el Departamento del Tesoro de ese país, cambios en la
implementación e interpretación de las leyes, para impedir la adquisición de
instrumental, equipos y medicamentos por la institución que dirige.



El Cardiocentro William
Soler, a través de una Red Cardiopediátrica Nacional, bajo la Dirección del Programa Materno-Infantil del Ministerio de Salud
Pública, ha organizado en estas más de dos décadas de existencia, la atención a
los niños aquejados de enfermedades del corazón, lo que ha permitido la
disminución en un 75% de la tasa de mortalidad por cardiopatías en edades
pediátricas. Ello se traduce en la incorporación a la vida útil de cientos de
niños, muchos de los cuales son adultos en la actualidad.



Desde 1986 hasta la fecha,
en el Cardiocentro William Soler, Centro de Referencia Nacional, se han
realizado más de 6 500 operaciones del corazón, incluyendo a recién nacidos, un
60% de las cuales se han practicado a "corazón abierto".



Esa prestigiosa institución
pediátrica, que brinda seguridad y felicidad a las familias cubanas, muestra
logros reconocidos mundialmente en el tratamiento de las anomalías congénitas
cardiovasculares y, también, en la introducción de nuevas técnicas
diagnósticas, terapéuticas y de rehabilitación. De ello es fruto la amplia gama
de trabajos científicos, docentes y de investigación que han presentado sus
especialistas en congresos y eventos nacionales e internacionales.



No es de extrañar por eso
la sistemática negativa a la concesión de visas para que sus profesionales
puedan asistir a encuentros científicos en suelo norteamericano, alegando el
socorrido pretexto de que "la entrada podría ir en detrimento de los
intereses de Estados Unidos".



Tal es el caso de dos
destacadas científicas del Cardiocentro William Soler, las profesoras Herminia
Palenzuela López, especialista en Cardiopediatría y vicedirectora médica de la
institución, y Dunia Benítez Ramos, quien se desempeña como intensivista
cardiovascular, encargada de la atención de niños en estado de gravedad.



Ambas especialistas
coincidieron en afirmar que cualquier persona de buena voluntad puede calificar
esas prohibiciones como "inmorales" y "antiéticas", porque
la participación en encuentros científicos internacionales ––en los que se
reúnen en general lo que más brilla y vale en los temas médicos que se
debaten–– enriquece los conocimientos en diversos campos del saber y contribuye
a una mejor atención de los pacientes.



Estos intercambios son
esenciales para todos los especialistas, y fundamentalmente para los dedicados
a la cardiología y cirugía cardiovascular pediátrica, que requieren una
sistemática actualización y entrenamiento, acotó la doctora Palenzuela.



A todas luces, en tema de
tan alta sensibilidad como el abordado, lo que eufemísticamente quieren llamar
ahora Hospitales Denegados, constituye la reafirmación de las nuevas y criminales
acciones que se siguen tejiendo bajo el oscuro manto del bloqueo que mantiene
Estados Unidos contra nuestro país desde hace casi medio siglo.









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